Con la pandemia, las experiencias vitales y laborales de la gente han pasado a ser digitales. No es que las interacciones físicas hayan desaparecido (no lo harán), pero se han vuelto menos frecuentes, al menos en algunos segmentos. Y la tendencia podría permanecer. Muchas cosas de nuestra vida ya se hacen dentro de las aplicaciones, y puede ocurrir que, en el futuro, si queremos una experiencia más «física» (más allá de la digital), tengamos que pagar una prima
Panorámica semanal: la vida «digital por defecto»
Panorámica semanal: la vida «digital por…
Panorámica semanal: la vida «digital por defecto»
Con la pandemia, las experiencias vitales y laborales de la gente han pasado a ser digitales. No es que las interacciones físicas hayan desaparecido (no lo harán), pero se han vuelto menos frecuentes, al menos en algunos segmentos. Y la tendencia podría permanecer. Muchas cosas de nuestra vida ya se hacen dentro de las aplicaciones, y puede ocurrir que, en el futuro, si queremos una experiencia más «física» (más allá de la digital), tengamos que pagar una prima