Panorámica semanal: la infraestructura digital del futuro
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Una nueva infraestructura física para un nuevo mundo digital Las redes 5G solo serán posibles mediante una infraestructura neutra. Sabemos que la venta o spin-off de torres por parte de los operadores móviles se ha convertido recientemente en la norma en Europa. Mucha gente ha creído inicialmente que estas decisiones estaban impulsadas por pura «ingeniería» financiera, con los múltiplos para las empresas de infraestructuras a niveles mucho más altos que los de los operadores integrados, y con los operadores también bajo la presión de fuertes apalancamientos. Esto es parcialmente correcto, pero ahí no acaba la historia. La cuestión adicional es que, si hay una oportunidad de 5G vinculada a mejores experiencias de los clientes con la conectividad frente a generaciones móviles anteriores, esto implica construir más torres. Y el caso de negocio para hacerlo es a menudo insostenible de forma individual para cada operador. Así que lo lógico, desde un punto de vista estratégico, es compartir (al menos) la infraestructura física, y las empresas de torres son un vehículo perfecto, creíble y bien probado para hacerlo. En la práctica, como decía el WSJ esta semana, los acuerdos de venta de torres son «una puerta trasera para la (tan necesaria) consolidación del sector» de las telecomunicaciones. El artículo llega a sugerir que «las torres son la forma más directa que los inversores pueden encontrar para exponerse al despliegue del 5G». Y estamos de acuerdo (
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Panorámica semanal: la infraestructura digital del futuro
Una nueva infraestructura física para un nuevo mundo digital Las redes 5G solo serán posibles mediante una infraestructura neutra. Sabemos que la venta o spin-off de torres por parte de los operadores móviles se ha convertido recientemente en la norma en Europa. Mucha gente ha creído inicialmente que estas decisiones estaban impulsadas por pura «ingeniería» financiera, con los múltiplos para las empresas de infraestructuras a niveles mucho más altos que los de los operadores integrados, y con los operadores también bajo la presión de fuertes apalancamientos. Esto es parcialmente correcto, pero ahí no acaba la historia. La cuestión adicional es que, si hay una oportunidad de 5G vinculada a mejores experiencias de los clientes con la conectividad frente a generaciones móviles anteriores, esto implica construir más torres. Y el caso de negocio para hacerlo es a menudo insostenible de forma individual para cada operador. Así que lo lógico, desde un punto de vista estratégico, es compartir (al menos) la infraestructura física, y las empresas de torres son un vehículo perfecto, creíble y bien probado para hacerlo. En la práctica, como decía el WSJ esta semana, los acuerdos de venta de torres son «una puerta trasera para la (tan necesaria) consolidación del sector» de las telecomunicaciones. El artículo llega a sugerir que «las torres son la forma más directa que los inversores pueden encontrar para exponerse al despliegue del 5G». Y estamos de acuerdo (