Déjame que le eche una pensada y recuerde. Mientras te dejo mis pensamientos a vuela pluma:
Es muy común que los ingenieros hagan buen producto… cuando ellos mismos son el usuario. Si están construyendo para otros ingenieros, el entendimiento del problema es casi automático: conocen los “dolores”, saben qué necesitan, qué esperaban que existiera y cómo debería funcionar. La conexión entre problema y solución es tan directa que apenas necesita mediadores.
Pero cuando el usuario final no es técnico, la cosa cambia. Le estás pidiendo al ingeniero que piense como alguien que no es él: alguien que no sabe cómo funciona el sistema por dentro, que no quiere configuraciones avanzadas, que se frustra con detalles que para un técnico son triviales. Y ahí es donde aparece una brecha.
Es en ese momento donde el rol de producto y UX se vuelve esencial. Porque lo que hace un buen product manager o un buen diseñador no es decidir cómo debe ser el producto desde una torre de control, sino funcionar como un traductor: transformar la confusión, las frustraciones o las necesidades del usuario en algo que el equipo técnico pueda construir. En algo que no solo funcione, sino que tenga sentido, que resuelva de verdad el problema y que sea agradable de usar.
Sin ese puente, los ingenieros tienden a construir cosas muy potentes pero que a veces nadie necesita o quiere usar.
Estoy 100% de acuerdo contigo. El problema llega cuando esa persona "traductora" no es ingeniera y no se valora adecuadamente, es decir, los ingenieros la toman por alguien que no sabe de verdad cómo funciona el producto (no porque no lo sepa, sino porque no está a su nivel "ingenieril" de cacharrerío y sutilezas técnicas) y claro, todo lo que propone significa hacer de menos al producto... Viene a ser muy frustrante.
"No puedes construir con todo ingenieros (lo he sufrido)".
Me interesa mucho este punto, ¿tienes por ahí alguna entrega donde hables de esto?
Déjame que le eche una pensada y recuerde. Mientras te dejo mis pensamientos a vuela pluma:
Es muy común que los ingenieros hagan buen producto… cuando ellos mismos son el usuario. Si están construyendo para otros ingenieros, el entendimiento del problema es casi automático: conocen los “dolores”, saben qué necesitan, qué esperaban que existiera y cómo debería funcionar. La conexión entre problema y solución es tan directa que apenas necesita mediadores.
Pero cuando el usuario final no es técnico, la cosa cambia. Le estás pidiendo al ingeniero que piense como alguien que no es él: alguien que no sabe cómo funciona el sistema por dentro, que no quiere configuraciones avanzadas, que se frustra con detalles que para un técnico son triviales. Y ahí es donde aparece una brecha.
Es en ese momento donde el rol de producto y UX se vuelve esencial. Porque lo que hace un buen product manager o un buen diseñador no es decidir cómo debe ser el producto desde una torre de control, sino funcionar como un traductor: transformar la confusión, las frustraciones o las necesidades del usuario en algo que el equipo técnico pueda construir. En algo que no solo funcione, sino que tenga sentido, que resuelva de verdad el problema y que sea agradable de usar.
Sin ese puente, los ingenieros tienden a construir cosas muy potentes pero que a veces nadie necesita o quiere usar.
Estoy 100% de acuerdo contigo. El problema llega cuando esa persona "traductora" no es ingeniera y no se valora adecuadamente, es decir, los ingenieros la toman por alguien que no sabe de verdad cómo funciona el producto (no porque no lo sepa, sino porque no está a su nivel "ingenieril" de cacharrerío y sutilezas técnicas) y claro, todo lo que propone significa hacer de menos al producto... Viene a ser muy frustrante.
¡Gracias por tus contenidos!