Poder para el pueblo
Una de las promesas de internet en 1996 es que daría la capacidad a cualquier persona de tener su propia “identidad” online y comunicarse con cualquier persona en el mundo.
Comunicarse está conseguido, pero lo de la identidad «propia»… La realidad es que tus datos le pertenecen a la red social a la que los subas. Twitter al inicio era la única excepción porque se creo como un protocolo de comunicaciones. (Como el correo electrónico)
La música es otro ejemplo parecido donde los derechos de tus canciones son de las discográficas. Taylor, por ejemplo, lleva rebelándose años.
La web3 ahora lo vuelve a prometer.
Pero no hace falta la tecnología Web3 para llevarlo a cabo ¿no?.
¿Te ha tocado meter tus datos profesionales una y otra vez en cada web para solicitar puestos de trabajo? Se puede crear una herramienta que permita a cualquier persona centralizar su información para que se conecte cuando sea necesario y no tenga que rellenar un nuevo cuestionario cada vez que solicite un puesto de trabajo. (Tu info de Linkedin, es de Linkedin)
Lo mismo que hizo Tony Wilson cuando firmo con sangre en un pub que los grupos serían los dueños de sus discos en su discográfica Factory Records.
Ahora bien… es muy difícil hacer que funcione:
Twitter dejó de ser protocolo, cerró sus capacidades de interacción para centrarse en ser una plataforma como el resto y acumular poder.
Factory records, se declaró en bancarrota.
Es complicado tener éxito sin acumular «poder». Veo imposible ceder el poder cuando lo has acumulado y has prometido beneficios a los inversores. Si lo cedes antes de ser grande, entonces te va a ser complicado ser relevante.
«Sólo» queda el código abierto como contra-ejemplo.