Panorámica semanal: Tecnología para la sostenibilidad
La «burbuja» ESG podría dar lugar a una «edad de oro» de crecimiento económico, pero hacen falta nuevas reglas. Las grandes inversiones en fondos ESG (347.000 millones de dólares el año pasado) podrían ser indicios de una «burbuja financiera» en torno a la sostenibilidad y los temas «verdes». Esta semana el Financial Times menciona a la gran Carlota Pérez para argumentar que estas burbujas suelen dar lugar a «épocas doradas de crecimiento productivo», y que la «Sociedad Sostenible» podría estar surgiendo ahora como el tema que impulsaría el crecimiento económico, a través del uso de las tecnologías digitales, de la misma manera que la «Sociedad de Consumo» impulsó el crecimiento en la segunda mitad del siglo pasado, a través del uso de los combustibles fósiles y las técnicas de producción en masa. Pero para que todo esto ocurra, necesitaríamos reglas diferentes, adaptadas a los nuevos paradigmas tecnológicos, así que también hay una responsabilidad política (FT)
La tecnología debería permitirnos construir un modo de vida mejor, incluyendo más tiempo de ocio. Algunas empresas ya están experimentando con esto. Carlota Pérez también habla de las aspiraciones de «estilo de vida» como un incentivo para impulsar el progreso. En la anterior «edad de oro» (la de la producción en masa), teníamos el «estilo James Bond» como inspiración que impulsaba a mucha gente a demandar los productos que entonces se fabricaban. Ahora podríamos tener una serie de modelos de comportamiento de «estilo de vida sostenible». Entre ellos podría estar la demanda de más tiempo de ocio. Y esto es algo que se supone que la tecnología podría proporcionar, como ya discutió Keynes hace casi 100 años. Business Week nos habla de varias empresas de todo el mundo que están experimentando con semanas laborales de 4 días, y obteniendo resultados decentes en el compromiso de los empleados, sí, pero también en las ventas y la satisfacción de los clientes (BusinessWeek)
Podría construirse un (muy necesario) consenso político en torno a la «economía verde». Tanto liberales como conservadores parecen estar de acuerdo en las oportunidades de la «economía verde». Según el Financial Times, este tema puede ayudar a crear cohesión entre los responsables políticos, actualmente divididos, porque conecta la energía sostenible, el empleo y la seguridad económica y geopolítica. En Estados Unidos, un grupo de políticos de los dos grandes partidos está trabajando en ello y ha propuesto recientemente abrir un diálogo para diseñar una «Estrategia Nacional de Resiliencia» (FT)
Las infraestructuras de recarga de coches se están poniendo de moda. Como en anteriores «épocas doradas», se espera que la construcción de nuevas infraestructuras, adaptadas a los nuevos paradigmas, desempeñe un papel clave como motor económico. Un ejemplo son las redes de recarga para vehículos eléctricos, que facilitan la transición a los coches de baterías. Ahora, Ionity, una empresa en la que participan Volkswagen, BMW y otros fabricantes de automóviles, que ha estado construyendo puntos de recarga rápida en las autopistas europeas, está planeando obtener financiación adicional y empezar a ampliar su red a zonas urbanas de toda Europa (Bloomberg)
La captura de carbono también podría ser una atractiva oportunidad de inversión. Un segundo tipo de actividad intensiva en capital que permite una economía más sostenible es la captura de carbono. Carbfix, una startup islandesa, está trabajando en dos modalidades: la «verdadera» captura de carbono, en la que el CO2 queda atrapado al salir de las fábricas y las centrales eléctricas; y la «eliminación de carbono», un proceso más complejo con el que se extrae el gas del aire. Carbfix dispone además de un proceso diferencial para almacenar el dióxido de carbono, capaz de convertirlo en rocas (lo que parece bastante eficaz…) Estas tecnologías están suscitando un gran interés entre inversores famosos, como Microsoft, Bill Gates y Elon Musk (Bloomberg)
Un segundo tema de sostenibilidad es la ética de la Inteligencia Artificial. La ética de la IA también es un tema clave en nuestra búsqueda de un mundo más sostenible, y un potencial facilitador del crecimiento económico. Descubrir formas de construir sistemas de IA «correctos» podría acelerar su adopción por parte de las empresas y aumentar la productividad. Parte de esto también está directamente relacionado con la «economía verde», porque unos algoritmos de IA cada vez más complejos (o de aprendizaje más «profundo») exigen cantidades crecientes de energía y contribuyen a las emisiones globales. El Financial Times nos propone 3 reglas para construir sistemas de IA: (1) Hacerlo a partir de equipos de personas diversos, para reducir el riesgo de sesgo; (2) Centrarse sólo en sistemas que mejoren el rendimiento de lo que ya existe; (3) En aplicaciones para áreas sensibles, como la sanidad o la educación, asegurarse de que los sistemas sean auditados por expertos «neutrales» (o sea, que no bastaría con equipos internos de auditoría, como los de Google) (FT)
En el Reino Unido, «usar los datos para el bien», con un enfoque más abierto, se considera una oportunidad de diferenciación tras el Brexit. El Reino Unido está construyendo una nueva estrategia de datos, que ven como un catalizador para el crecimiento económico del país en la era post-Brexit. Una propuesta es complementar la protección de la privacidad (el enfoque actual de la UE) con un conjunto de normas que ayuden a centrar la tecnología en casos de uso que logren objetivos económicos y sociales. De nuevo, esto suena a poner la tecnología al servicio de una visión, o aspiración sobre lo que queremos que sea la sociedad futura. Algunos responsables políticos británicos consideran que el Reino Unido podría ser pionero en este sentido, mediante acuerdos innovadores de intercambio de datos con otros países (FT)