Panorámica semanal: Las políticas tecnológicas en Estados Unidos y China, parecidas pero diferentes
Una batalla paralela para limitar el poder de las Big Tech está ocurriendo en Estados Unidos y en China
China ha iniciado una gran campaña antimonopolio, centrada en las empresas de tecnología . 34 empresas tecnológicas chinas están siendo investigadas por agencias gubernamentales, incluido el regulador antimonopolio. El grupo incluye al propietario de TikTok, Bytedance, a la empresa de alimentación online Meituan y al gigante de los videojuegos y las redes sociales Tencent. Y parece que es sólo el principio, porque algunos funcionarios afirman que las empresas deberían acostumbrarse a un “escrutinio más estricto”. Algunos analistas creen que estas consultas podrían ayudar a las empresas, porque les dan la oportunidad de solucionar sus problemas con los reguladores antes de que se produzcan intervenciones más agresivas. Sin embargo, las empresas se quejan de que tienen poca visibilidad en todo el proceso, lo que les dificulta la planificación sus negocios (WSJ)
En Estados Unidos, el nombramiento de Lina Khan para liderar la FTC podría reforzar la “ola antimonopolio”, pero tiene una tarea difícil. Lina Khan, una joven académica que ha liderado el movimiento intelectual a favor de leyes antimonopolio más agresivas contra las Big Tech en Estados Unidos, acaba de ser nombrada para dirigir la Comisión Federal de Comercio (FTC). Esto parece una señal de que las medidas antimonopolio se van a volver más duras, por ejemplo, frenando grandes fusiones o posibles comportamientos anticompetitivos por parte de las plataformas Big Tech. El problema para Khan es que ya se ha visto que es difícil hacer más con las leyes antimonopolio actuales, y varios casos antimonopolio de alto perfil se han perdido en los últimos años, así que es posible que hagan falta cambios legislativos para apoyar enfoques más agresivos. Como dice el FT, nombrar a Khan «no significa que las grandes empresas tecnológicas se desmoronarán» (WSJ) (FT) (FT2)
En China, la regulación antitrust está cada vez más influida por el populismo (como en Estados Unidos) . Las iniciativa antitrust del gobierno chino parecen relacionadas en gran medida con la lucha por el poder entre el Partido Comunista y las autoridades, por un lado, y las élites emergentes de las Big Tech locales. Curiosamente, y de la misma manera que en Estados Unidos, las agencias antimonopolio son más débiles que los gigantes tecnológicos y están luchando por demostrar las cosas que estas empresas han hecho mal. El resultado es que, como en Occidente, han empezado a enfocarse en temas que están generando polémicas en la opinión pública, en contra de estas empresas, y que por tanto podrían ser bien recibidas por la población. Una muestra de esto es que el gobierno habla constantemente de la necesidad de garantizar que las empresas de tecnología trabajen para servir a la sociedad (FT).
La reputación de las grandes empresas tecnológicas chinas se cuestiona cada vez más. Para reforzar su posición en la lucha por el poder, el gobierno chino está identificando y destacando casos y situaciones en las que las Big Tech locales están cometiendo errores con implicaciones sociales negativas, o casos potenciales en los que estarían actuando conscientemente de forma “egoísta”, y no directamente beneficiosa para la población.
Las fugas de datos y los problemas de privacidad aumentan la presión sobre las plataformas Big Tech chinas . Un primer ejemplo esta semana es el caso de Alibaba, que ha sido víctima de un consultor de marketing que ha extraído datos privados de los usuarios, incluidos números de teléfono personales. El incidente ha afectado a más de mil millones de entradas de datos desde 2019. Aparentemente, no ha habido implicaciones económicas para las víctimas, pero las noticias se están utilizando para justificar los esfuerzos actuales del gobierno para controlar cómo empresas como Alibaba manejan los datos de los usuarios. Para respaldar esto, hay un nuevo «régimen de seguridad de datos» que entrará en vigor el 1 de septiembre ( Bloomberg )
Las empresas tecnológicas chinas, acusadas de «llevar a los trabajadores al límite» con software de vigilancia. Paralelamente, otro tema que se debate cada vez más en China es la forma en que las empresas locales de Big Tech están utilizando software de vigilancia para monitorizar el comportamiento de sus trabajadores y aumentar la productividad. Por ejemplo, muchas empresas están utilizando una herramienta (apropiadamente) llamada «Third Eye», que recopila el tiempo que los empleados pasan en cada sitio web y cada aplicación, incluidas visitas «sospechosas» a sitios de búsqueda de empleo o plataformas de vídeo. Aparentemente, no hay mucha protección sobre esto en la legislación laboral china, así que puede ser otra vía para que el gobierno actúe contra los gigantes tecnológicos (FT)
Mientras tanto, en Estados Unidos se debate sobre los derechos del gobierno para acceder a los datos personales de la gente (un factor clave para la regulación en China). Está claro que en China el gobierno tiene mucho interés en controlar lo que hace la gente en internet. Evidentemente, la situación en Occidente es muy diferente. Pero, aun así, en Estados Unidos hay un debate cada vez más intenso sobre cuándo y cómo puede el gobierno solicitar el acceso a los datos personales de los ciudadanos. Esta semana, The NY Times publicó una larga explicación de los diferentes niveles de acceso que son legalmente posibles y lo que debe suceder para que se active cada uno de ellos. Esto ya ha creado algunas tensiones entre las autoridades federales y empresas como Apple, en el pasado (NYTimes)
Aparecen voces en Occidente que piden a Estados Unidos y China priorizar la lucha contra las Big Tech, en vez de (o además de) competir entre sí. También en The NY Times, a Shira Ovide no le ha gustado mucho ver cómo las Big Tech mencionan a menudo la «amenaza china» para argumentar en contra de posibles límites legales a sus prácticas comerciales. La historia sería que, al debilitar a las Big Tech locales, el gobierno norteamericano podría facilitar a China una posición dominante el mundo, a través de tecnologías más avanzadas. Shira afirma que los dos problemas no están necesariamente correlacionados y que, por ejemplo, impedir que los gigantes digitales hagan lo que quieran con los datos personales de la gente no debilita la posición de Estados Unidos en el escenario mundial. El artículo concluye que los estadounidenses pueden impedir que algunas empresas se enriquezcan a expensas de los ciudadanos y, al mismo tiempo, proteger al país de potenciales abusos desde China. El mensaje subyacente es que tanto las grandes tecnológicas estadounidenses como las chinas se están convirtiendo en poderes alternativos a los gobiernos de sus propios países (NYTimes)
La estrategia norteamericana en la carrera tecnológica con China podría volverse menos conflictiva. Paralelamente, la administración Biden ha comenzado a cambiar el enfoque hacia China en la actual “Guerra Tecnológica”. Un buen ejemplo son las redes 5G globales. Con Trump, la atención se centró en presionar para que hubiera prohibiciones (contra Huawei), a menudo amenazando a los países con sanciones o acuerdos comerciales desfavorables. Ahora, Estados Unidos está cambiando a una estrategia de incentivos y, en este contexto, se ha presentado, en la reunión del G7 la semana pasada, una nueva iniciativa llamada “Build Back Better World”, que parece una alternativa al programa chino “Belt and Road”. Por lo tanto, hay que esperar que se empiecen a ofrecer ayudas financieras, incluidos préstamos en condiciones favorables, a países en desarrollo, a cambio de elegir proveedores de equipos de red no chinos (WSJ)
Incluso Taiwán se está convirtiendo en un área de (relativa …) convergencia, porque ambas superpotencias dependen de este país para sus semiconductores. Taiwán ha sido un área tradicional de disputa geoestratégica entre China y Estados Unidos. Y todavía hay muchos rumores estos días sobre una posible invasión china. Pero como muestra este artículo, una razón por la que los chinos podrían no estar dispuestos a hacer nada de eso es que cualquier acción militar podría poner en riesgo el suministro de semiconductores esenciales, que se están construyendo en las fábricas de TSMC en el país. Taiwán genera el 65% de los ingresos mundiales por fabricación de chips, y TSMC es responsable de aprox. 56%. La empresa fabricaría más del 90% de los chips más avanzados y alrededor del 60% de los semiconductores menos sofisticados que se utilizan normalmente en los automóviles, y que ahora también escasean. La fragilidad de esta situación está impulsando a los gobiernos de China, Estados Unidos y Europa a buscar la autosuficiencia en este campo, pero (como ya hemos comentado aquí) esto es caro y (incluso si fuera posible) llevaría mucho tiempo. El WSJ ha publicado un buen análisis de todo esto, esta semana (WSJ )
Finalmente, para los inversores, China se está convirtiendo en un segundo polo de “Venture Capital”, junto con Estados Unidos, aunque con un enfoque diferente . Las nuevas empresas chinas han comenzado a atraer nuevamente a capitalistas de riesgo. Las operaciones han aumentado un + 56% en el 1T21 frente al 1T20, alcanzando un total de $55 mil millones de fondos invertidos. Curiosamente, en China el enfoque sigue siendo diferente al del Silicon Valley, porque allí el hardware se percibe como más «tangible», lo que lo hace preferible frente al software, y además el segmento de consumo es todavía atractivo, mientras que en California el foco ahora está en los productos «SaaS» para empresas (FT)