Panorámica semanal: La Segunda Guerra Fría y otros retos políticos
La Segunda Guerra Fría
Estamos en una nueva guerra fría, parecida a la primera, pero con la IA y el 5G sustituyendo a las armas nucleares y a la carrera espacial: Este artículo compara las dos etapas. China está desempeñando ahora el papel que solía desempeñar Rusia, contra Estados Unidos. Además, la carrera por liderar el 5G y la Inteligencia Artificial se asemeja a las que hubo en los años 50 y 60 en torno a las armas nucleares y la «ciencia de los cohetes». La principal diferencia es que ahora tenemos un mundo mucho más interconectado, después de años de globalización, y las economías están tan integradas que algunos de los movimientos potenciales más agresivos de ambos bandos son más difíciles de ejecutar que en el pasado, porque podrían ser contraproducentes (FT)
Un problema es que China parece cada vez más dispuesta a aceptar riesgos económicos, al servicio del nacionalismo: Esto está creando preocupaciones globales, porque algunas acciones potenciales, como una invasión de Taiwán, podrían desestabilizar enormemente la economía mundial, quizás incluso más que el coronavirus, dada la extrema dependencia que las industrias digitales tienen de TSMC y sus chips avanzados. Así que algunos abogan por mecanismos totalmente nuevos (parecidos a los tratados de arsenal nuclear del pasado) para reducir la tensión y así proteger las cadenas de suministro mundiales (WSJ)
La publicidad digital también está ahora bajo sospecha: en el Senado de Estados Unidos, un grupo de legisladores de ambos partidos ha enviado una carta a algunas de las mayores empresas que realizan subastas de publicidad digital, para averiguar si un agente externo podría utilizarlas para acceder a datos personales de los ciudadanos norteamericanos incluidos sus historiales de navegación y localización, así como sus detalles demográficos. El tema no llega en el mejor momento para la industria, dada la tensión a la que está sometida actualmente la publicidad digital como motor de monetización de los servicios de Internet, debido a la preocupación por la privacidad (WSJ)
Huawei está sufriendo una grave erosión de los ingresos, debido a esta «Guerra»: Los ingresos de Huawei en el 4Q20 cayeron un -11,2% interanual, hasta un total de unos 34.000 millones de dólares. Esto demuestra lo grave que está siendo el efecto de la nueva «Guerra Fría» (y las sanciones estadounidenses) en la cuenta de resultados de la empresa. Los resultados de 2020 se salvaron en los primeros meses del año, así que los ingresos han seguido creciendo, pero el resultado neto es casi plano, con una de las tasas de crecimiento de los ingresos más lentas en toda la historia de la compañía. Curiosamente, el crecimiento local de la empresa dentro de China se está acelerando (WSJ)
Ericsson es un claro ejemplo de cómo estas cosas pueden ser contraproducentes: Mucha gente se ha sorprendido al ver al CEO de Ericsson protestando contra la prohibición del gobierno sueco sobre la instalación de equipos de Huawei en las redes de telecomunicaciones de Suecia. Esto sólo demuestra lo integradas que están nuestras economías, porque probablemente esté relacionado con el hecho de que Ericsson obtiene el 8% de sus ventas en China, donde tienen también una fábrica, frente a sólo el 1% en Suecia (WSJ)
Las inversiones transfronterizas también están en peligro: Otro ejemplo de “daño colateral” son las posibles implicaciones para la financiación de las empresas. Los inversores estadounidenses han sido una fuente clave de financiación para las empresas tecnológicas chinas hasta hace muy poco. Muchas empresas chinas han salido a bolsa en Estados Unidos o en mercados favorables al mundo occidental, como Hong Kong. Pero ahora hay presiones para que las acciones coticen a nivel local. Se espera que el primer trimestre del año 21 sea un primer trimestre récord para las IPO globales, con los fondos generados triplicando el total del año pasado, y con las salidas a bolsa internacionales representando el 38% del total de este año en Estados Unidos. Ahora, con la posible “localización”, habrá incentivos negativos para que los inversores estadounidenses participen, y esto podría perjudicar a las empresas asiáticas (FT)(FT2)
India ve todo esto como una oportunidad (para convertirse en un líder tecnológico mundial): La actual tendencia a «desacoplar» las cadenas de suministro tecnológico estadounidenses y chinas podría crear oportunidades para la India, donde algunas empresas como Apple, Amazon y Samsung ya están trasladando sus centros de producción y logística desde China, tras el llamamiento de Biden a favor de cadenas de suministro «sin China» en varios sectores. La amistad de la India con Estados Unidos, Australia y Japón podría ayudar a que esto sea posible. Un informe publicado esta semana se pregunta si India podría convertirse en «un centro tecnológico del siglo XXI» (Bloomberg)(Report)
Privacidad
Snap está probando tecnologías para saltarse los nuevos controles de privacidad de Apple: Esta semana el FT ha revelado que Snap ha venido utilizando una tecnología llamada «encaje probabilístico» (o algo así de barroco) para identificar y rastrear a las personas, a partir de datos recogidos por las empresas que analizan cómo responde la gente a las campañas de publicidad digital, que luego cotejan con la información que tienen sobre sus propios usuarios. De nuevo, el motor de la «publicidad digital» se muestra como una herramienta muy poderosa para averiguarlo todo sobre las actividades digitales de los usuarios (incluyendo potencialmente también a los gobiernos extranjeros, como comentamos esta misma semana). La herramienta no cumple con las nuevas reglas de Apple, y Snap ha dicho que el programa será descontinuado cuando estas reglas sean efectivas, pero también han mencionado que la recolección de datos sobre «cohortes» de usuarios no rompería las reglas (varios expertos no están de acuerdo) (FT)
Un nuevo mundo laboral
Las tensiones laborales y la presión para aplicar las normas de la «vieja economía» podrían acelerar la «robotización» de las empresas tecnológicas: La presión reguladora está aumentando sobre las empresas tecnológicas que a menudo han crecido a costa de sacrificar las condiciones laborales de algunos de sus empleados. Esto está afectando en particular a todas las que tienen una rama logística, porque las personas que operan los almacenes y hacen las entregas suelen verse afectadas por esta «zona gris»: tienen un trabajo, sí, pero las condiciones no son similares a las que obtendría un trabajador ordinario en otro lugar. Si esto se extiende, quizá crezca la presión para que empresas como Amazon, Uber, o Deliveroo aceleren la automatización total e intenten sustituir personas por robots, en la medida de lo posible
Los trabajadores de Amazon en una «historia de David y Goliat» para abrir un sindicato. Como ya hemos comentado aquí, los trabajadores de una planta de Amazon en Bessemer (Alabama) están intentando sindicalizarse, en contra de la voluntad de la empresa. La lucha está liderada por el sindicato estadounidense «Retail, Wholesale and Department Store Union» (RWDSU), que representa a más de 100.000 trabajadores de empresas como Macy’s, H&M y Zara. Esta sería la primera instalación sindicalizada de Amazon en Estados Unidos, y casi seguro que abriría muchos debates sobre las condiciones laborales de los almacenes de Amazon (FT)
Las condiciones laborales también están bajo escrutinio en las empresas de la economía compartida, lo que crea incertidumbres regulatorias: El caso más reciente y evidente ha sido la desastrosa salida a bolsa de Deliveroo esta semana, en la que las prácticas laborales actuales, los riesgos regulatorios ligados a ellas y cómo todo eso podría afectar al modelo de negocio de la empresa han sido cuestiones en discusión para los inversores (FT)