Panorámica semanal: el mundo tecnológico, hacia la fragmentación
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La fragmentación del mundo tecnológico y la Segunda Guerra Fría Crecen los riesgos de destrucción de valor económico debido al proteccionismo tecnológico. El coronavirus ha aumentado la preocupación de los países por la fragilidad de las actuales cadenas de suministro, lo que podría dar lugar a una nueva ola de proteccionismo con potencial de ralentizar el crecimiento económico a nivel mundial. La corriente nacionalista/proteccionista comenzó con el crack financiero de 2008, cuando muchos responsables políticos locales empezaron a culpar al libre comercio mundial de la crisis. Esto nos trajo a Trump y al Brexit. Pero el problema se ha agravado durante la pandemia, ya que los cuellos de botella en la cadena de suministro de material médico, al principio de la crisis, y en la de las vacunas hoy, han generado deseos de «soberanía» en muchos países. Así que hay una creciente divergencia entre las prioridades políticas (que buscan cada vez más la «autosuficiencia») y las necesidades empresariales (que se beneficiarían de la libre competencia a nivel mundial). Como venimos comentando aquí desde el año pasado, esto también está afectando a la tecnología, como columna vertebral del nuevo paradigma económico que los países necesitan ahora desarrollar, y podría llevar a una fragmentación global de las tecnologías y a una ralentización del progreso económico (
Panorámica semanal: el mundo tecnológico, hacia la fragmentación
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Panorámica semanal: el mundo tecnológico, hacia la fragmentación
La fragmentación del mundo tecnológico y la Segunda Guerra Fría Crecen los riesgos de destrucción de valor económico debido al proteccionismo tecnológico. El coronavirus ha aumentado la preocupación de los países por la fragilidad de las actuales cadenas de suministro, lo que podría dar lugar a una nueva ola de proteccionismo con potencial de ralentizar el crecimiento económico a nivel mundial. La corriente nacionalista/proteccionista comenzó con el crack financiero de 2008, cuando muchos responsables políticos locales empezaron a culpar al libre comercio mundial de la crisis. Esto nos trajo a Trump y al Brexit. Pero el problema se ha agravado durante la pandemia, ya que los cuellos de botella en la cadena de suministro de material médico, al principio de la crisis, y en la de las vacunas hoy, han generado deseos de «soberanía» en muchos países. Así que hay una creciente divergencia entre las prioridades políticas (que buscan cada vez más la «autosuficiencia») y las necesidades empresariales (que se beneficiarían de la libre competencia a nivel mundial). Como venimos comentando aquí desde el año pasado, esto también está afectando a la tecnología, como columna vertebral del nuevo paradigma económico que los países necesitan ahora desarrollar, y podría llevar a una fragmentación global de las tecnologías y a una ralentización del progreso económico (