Panorámica semanal: el año del coche eléctrico
Todo empezó con Tesla y Apple. El rally de valoración de Tesla en 2020 y los nuevos rumores sobre un coche de Apple han puesto a los coches eléctricos en el centro de las tendencias tecnológicas para 2021. Esto está en línea también con el auge de las «tecnologías verdes», que todo el mundo espera con la presidencia de Biden. Los inversores minoristas buscan el próximo Tesla, y Wall St ha visto una oportunidad de usar las SPACs (compañías de “cheque en blanco”) para captar esta demanda. Hay muchos ejemplos de SPACs que se crean (y venden) bajo la premisa de que luego invertirán en una startup de coches eléctricos, incluyendo tanto las que construyen los vehículos como las que construyen sus componentes
El Apple Car se ve como el iPhone de la industria del automóvil: Rumores recientes sugieren que la compañía podría adoptar el «modelo de negocio del iPhone» para su «Apple Car». Eso quiere decir que el producto sería «diseñado por Apple (en California)» y luego construido por un subcontratista, como Hyundai o incluso Foxconn (uno de los principales fabricantes de iPhones). La gente se pregunta si esto podría desencadenar una revolución en la industria del automóvil, similar a lo que sucedió con los teléfonos móviles. Así que los inversores no sólo buscan el «próximo Tesla» sino también el «próximo Foxconn» y algunos otros «próximos» que podrían suministrar el hardware o el software para los coches (FT)
Los vehículos eléctricos se consideran clave para un comercio electrónico sostenible: El comercio electrónico ha crecido rápidamente con la pandemia, y nadie espera que la tendencia se invierta en un (futuro) mundo post-COVID. Pero el comercio electrónico podría a la vez convertirse en un objetivo de los reguladores, si las políticas “verdes” empiezan a dominar el discurso, dado que la logística de entrega de paquetes es hoy en día una de las actividades industriales con más emisiones de CO2. Empresas como Amazon han sido criticadas por su contribución al calentamiento global y los vehículos eléctricos de reparto podrían ser la solución (WSJ)
Una startup apoyada por Amazon ha alcanzado una valoración enorme: Uno de las noticias sobre el sector esta semana fue la impresionante valoración (27.600 millones de dólares) implícita en la última ronda de financiación de Rivian, un fabricante de camiones eléctricos relativamente desconocido. El hecho de que Amazon ya haya invertido en la compañía, y la visión de que será un cliente (enorme) es parte de su atractivo (WSJ)
El interés de Warren Buffett añade credibilidad a la tendencia: BYD, un fabricante de coches chino, podría convertirse en una de las más exitosas inversiones recientes de Warren Buffet. Los coches eléctricos están de moda, impulsados tanto por la demanda (vinculada a la «economía verde») como por la oferta (vinculada a los avances en las tecnologías de baterías). El precio de las acciones de BYD se ha quintuplicado con creces en sólo un año. El fondo de Buffet (Berkshire) controla el 8,25%. Y la capitalización de la empresa es ahora de más de 91.000 millones de dólares (WSJ)
China no es una excepción: Todo lo contrario, en realidad, si nos fijamos en el comportamiento de los inversores. La fiebre parece estar creciendo tanto que Bloomberg esta semana pidió a la gente que no «lleve cheques en blanco a la ola china de vehículos eléctricos», porque ninguno de los startups de coches eléctricos chinos tiene por qué convertirse en «el Tesla chino«. Por supuesto, la mención del «cheque en blanco» es una referencia al hecho de que, como dijimos antes, los SPACs se han convertido en una herramienta para que los pequeños inversores se expongan a las nuevas empresas de tecnología para automóvil. En el caso de las empresas chinas, el artículo apunta a enormes incertidumbres en su capacidad de ejecución, porque la mayoría son todavía bastante pequeñas (construyendo entre 5.000 y 7.000 coches al mes) (Bloomberg)
Las baterías surgen como un cuello de botella (y una oportunidad de innovación): El Financial Times nos habla del ejemplo por excelencia de esto, una empresa de nueva creación llamada QuantumScape, que está desarrollando una nueva tecnología de baterías «revolucionaria». La empresa, cofundada por dos científicos de Stanford, alcanzó una valoración de 50.000 millones de dólares el mes pasado, después de informar de un «gran avance en baterías» basado en un nuevo material cerámico que permite recargas muy rápidas. Obviamente el tiempo de recarga es un componente crítico de la experiencia del usuario con los coches eléctricos, así que esto ha creado grandes expectativas. Sin embargo, hay claros riesgos para los inversores, como se demuestra por el hecho de que el valor de QuantumScape se ha desplomado -60% a los pocos días del pico (llegando a unos 20.000 millones de dólares actualmente), empujado por los temores de que la empresa (con cero ingresos y aún sin productos comerciales) no será capaz de cumplir con las (altas) expectativas (FT)
Hay mucha innovación en baterías y en tecnologías de carga: En Francia, Renault está trabajando con EdF (una compañía eléctrica) en un piloto de «carga dinámica» en las calles de París. Proyectos similares están desarrollándose en Suecia (Scania con E.ON) e Israel. La idea es instalar paneles bajo la carretera que transmiten electricidad de forma inalámbrica a receptores montados debajo de los coches (WSJ)
El software es clave para los vehículos eléctricos. Y eso es un desafío para fabricantes tradicionales como Volkswagen: Después de 5 años de desarrollo, el lanzamiento del ID.3, la respuesta de Volkswagen (y de Alemania) a Tesla, se produjo sin las prestaciones software más avanzadas y diferenciales que se habían prometido. Estas prestaciones se están retrasando y ahora se esperan para mediados de febrero. El proyecto ha costado a la empresa una enorme cantidad de dinero (el artículo habla de 50.000 millones de dólares) pero incluso eso no ha sido suficiente para superar los retos ligados a la falta de capacidades software (WSJ)
Microsoft ve los (futuros) coches auto-conducidos como una oportunidad para la nube: A la vez que los coches eléctricos se ponen de moda, los vehículos autónomos han caído en lo que Gartner llama el «pozo de la desilusión», y todo el mundo parece estar de acuerdo en que llegarán mucho más tarde de lo inicialmente esperado. Sin embargo, esto no significa que las inversiones y las actividades de innovación se hayan detenido. Un buen ejemplo es el reciente anuncio de Microsoft de que participará en una inversión de 2.000 millones de dólares de un grupo de empresas en Cruise, la filial de GM para automóviles autónomos. Aparentemente esto se justifica por la oportunidad de posicionar a Azure como el servicio Cloud «por defecto» para soportar los coches de Cruise. Esto ha sido descrito a menudo como una oportunidad también para la conectividad 5G y el Edge Computing, así que esto podría estar revelando además las ambiciones de Microsoft en esos terrenos (WSJ)