No te autocensures, todavía no es tarde para intentar aquello que anhelas
Existe una obsesión en que tenemos de dedicar nuestro tiempo de la manera más significativa o eficiente posible, y necesitamos o exigimos que lo que hacemos con nuestras vidas realmente importe. Además, a medida que el mundo avanza más y más rápido, esa obsesión aumenta.
¿Has pensado alguna vez que es demasiado tarde para hacer algo?: Demasiado tarde para escribir un libro, demasiado tarde para lanzar un negocio, demasiado tarde para aprender un nuevo idioma, para tocar un instrumento. Normalmente evoluciona a pensamientos trampa que nos hacemos como: «Si no lo aprendes desde niño, ya no se puede aprender bien» en el caso de música, idiomas o deportes…
El término viene acuñado por el profesor Alex Lickerman: El autor de The Undefeated Mind: On the Science of Constructing an Indestructible Self, dice que la ansiedad del tiempo surge de algunas de las siguientes preguntas: “¿Estoy aprovechando todo lo que puedo mi vida? ¿Sentiré, cuando llegue el momento de morir, que pasé demasiado tiempo de manera frívola? Mides tu bienestar en gran medida por el valor que sientes que estás creando con tu vida».
Ojo que esta sobre- optimización puede paralizarnos e impedirnos crear el máximo valor con nuestras vidas. Con esa mentalidad a veces abandonas proyectos porque parecen imposibles de realizar. Y por tanto, el tiempo dedicado «estaría perdido».
La ansiedad por el tiempo puede tomar varias formas:
Estrés del día a día, con la sensación de que no llegas. Esa sensación de pánico y sentirse abrumado.
Estrés intentando calcular todos los escenarios de la vida. ¿Qué pasaría si?
Estrés al pensar que nuestro paso por la vida es limitado y por tanto el tiempo del que dispones es finito.
Tres pasos que puedes seguir para reducir la ansiedad por el tiempo sin dejar de encontrar un significado en tu vida diaria, por Anne-Laure LeCunff:
Define lo que significa «tiempo bien empleado»: Piensa lo que te hace feliz, sin pensar hasta donde podrías llegar. Seguramente aunque empezases de pequeño no serías un pianista de primer nivel. Pero si la música te hace feliz, porqué no dedicar tiempo en tu vida a aprender un instrumento.
Asegúrate que tienes tiempo para llevarlo a cabo: Lo urgente se come a lo importante, a no ser que pongas remedio. Busca los momentos para esas cosas que son importantes para ti. De camino al trabajo, a primera hora cuando el resto duermen,…
Elimina las distracciones: Esto es un clásico, elimina notificaciones, vibraciones y todo tipo de elementos, también internos, que te pueden sacar de ese estado de concentración donde se es muy productivo.
Lo fácil es abandonar la idea de comenzar algo nuevo y costoso. Lo fácil es seguir «sentado en el sillón». Lo valiente es comenzar sabiendo que no serás el mejor. Lo valiente es saber que es el camino por recorrer, y no la meta, lo que te da la felicidad.
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