La responsabilidad de las empresas sobre las opiniones y comportamiento de sus usuarios
Las plataformas tecnológicas han pasado de no tener ninguna responsabilidad respecto al contenido que los usuarios cuelgan, a hacerse responsable incluso de lo que hace la gente FUERA de su plataforma. ¿Es responsable Facebook de los comentarios de los usuarios? o incluso ¿Es Airbnb responsable de que los usuarios realicen cualquier tipo de delitos en los apartamentos que alquilan a través de la plataforma?
Recordemos que Internet nace hace 25 años en base a una ley que exime de responsabilidades: «La sección 230 protege a cualquier propietario o usuario de un «servicio informático interactivo», generalmente una aplicación o sitio web, de la responsabilidad por el contenido que otra persona haya publicado.»
En esta sección se han parapetado muchas redes sociales para, antes de 2019, declararse políticamente agnósticos.
Esto está cambiando:
Twitch ha hecho pública una nueva política para abordar la «conductas no apropiadas» que ocurran incluso fuera de su plataforma: El servicio de retransmisión en directo propiedad de Amazon utilizada solo actuará en los casos en que tenga «evidencia verificable» de actividades fuera de la plataforma, como violencia mortal, actividades terroristas o reclutamiento, amenazas creíbles de violencia masiva, explotación sexual de niños, agresión sexual o pertenencia a un grupo de odio conocido.
Es decir, no solo prohíben al usuario si el contenido no es apropiado durante la retransmisión, sino también si en su conducta en su vida fuera de la plataforma no es la que la plataforma espera aunque no cometa delito (grupo de odio).
Una campaña #MeToo en junio de 2020 hizo que la industria de los videojuegos «despertara». En particular varias empresas, incluidas Twitch y Facebook Gaming, prohibieran el acceso a múltiples usuarios acusados de conducta sexual inapropiada.
Snapchat ya lo hizo antes: Snapchat se convirtió en una de las primeras empresas de redes sociales en tomar medidas contra la cuenta del entonces presidente Trump por cosas que dijo fuera de su plataforma durante el 2020. La acción se produjo después de que Trump tuiteara comentarios controvertidos en medio de las protestas por la justicia racial de 2020.
Meses después, tras la insurrección del Capitolio en enero, una gran cantidad de plataformas y servidores en línea eliminaron o suspendieron la cuenta de Trump o las cuentas afiliadas a la violencia, conspiraciones y grupos de odio pro-Trump.
El debate está en saber dónde dibujar la línea entre la capacidad de las empresas tecnológicas en protegerse de personas o grupos que pueden representar un riesgo reputacional versus la libertad de expresión de sus usuarios.