La mente nos engaña para fijarnos en lo que no importa
Nuestra mente siempre intenta comprender el mundo, y, a veces, auto-completa la realidad de manera errónea. Aparecen los sesgos y las «limitaciones de nuestra mente», como la de entender crecimientos exponenciales.
La vista tampoco ayuda: También hace que nos fijemos en el indicador (KPI) incorrecto. En carreras (coches, motos, ciclismo,…) nos fijamos en la distancia entre dos corredores, la cual fluctúa con la velocidad a la que van (se acercan en curva y se alejan en recta). Mientras que lo importa es el tiempo entre ellos. Pero nos es más fácil «ver» la distancia que «medir» el tiempo.
Cuando analizamos otras empresas, como si fueran una carrera por la televisión, pasa lo mismo. A veces nos cegamos con a) el crecimiento en usuarios o b) el crecimiento en ingresos. Cuando lo que tendríamos que ver es la capacidad de producir beneficios sostenibles en el tiempo. Pero en este caso, también es mucho más fácil medir ingresos o usuarios que los beneficios que estamos generando hoy, no digamos a futuro.
Y esto no lo digo por la crisis actual (beneficio más importante que crecimiento), porque si tu empresa compite en un entorno con efectos de red, más vale que seas el que más usuarios tiene, y dispongas de la inversión para conseguirlo.