Harvard: Los algoritmos están empeorando la desigualdad económica
Harvard expone un argumento cristalino sobre como las nuevas empresas que basan la eficiencia en algoritmos no ofrecen las mismas oportunidades de crecimiento, ni las mismas condiciones a sus empleados:
Capacidad de crecer dentro de la empresa disminuye:
Charlie Bell, ex director ejecutivo de McDonalds, comenzó trabajador cocinando hamburguesas . Mary Barra, presidenta y directora ejecutiva de General Motors, comenzó en la línea de montaje . Doug McMillon, director ejecutivo de Walmart, comenzó en un centro de distribución.
¿Cuántos conductores de Uber crees que alguna vez tendrán la oportunidad de alcanzar un puesto directivo en la empresa, y mucho menos dirigir el gigante de los viajes compartidos? ¿Cuántos futuros altos ejecutivos de Amazon comenzarán sus carreras entregando paquetes o apilando estantes?
Es lícito preguntarse ¿Puede ser que ahora haya capacidad de crear más empresas? Seguramente no para las personas con menor cualificación.
Los algoritmos no comparten información con los empleados, las empresas tradicionales si lo hacen: Uber y Amazon solo comparten la información a los empleados de su próximo reparto o lo que deben hacer para rendir de manera óptima pero no se establece una comunidad entre los trabajadores. El ejemplo es el del taxi donde la organización de los trabajadores incentivaba la comunicación y colaboración entre los trabajadores.
Los algoritmos tratan a las personas como elementos que deben tener un rendimiento constante: Negocios de entrega de alimentos en China trabajan con un algoritmo que reducie el salario si no cumple con los tiempos pre-calculados por el algoritmo. Amazon mide mediante algortimos a sus trabajadores en centros logísticos y deben trabajar al «ritmo de Amazon«, que se describe como «en algún lugar entre caminar y trotar».
Los algoritmos pueden tener en cuenta los factores externos como la lluvia, pero ¿los internos de cada persona?
Harvard hace un ejercicio de imaginarse el futuro que puede parecer distópico para que entendamos las decisiones de hoy:
Si las empresas consiguen empresas más eficientes sin necesidad de trabajos de baja calificación, se puede salir de las crisis de los países sin que el empleo se recupere.
Se podría vislumbrar un potencial futuro con dos clases sociales: Una elitista con habilidades y conocimientos para diseñar y gestionar negocios basados en algoritmos y aquella clase social más numerosa que trabaja para los algoritmos.
Ya vimos que los trabajos generados requerirán alta cualificación y superaran en número al número de puestos de trabajo destruidos (de baja cualificación). La solución propuesta pasa por el cambio en el sistema educativo en el SXXI pero eso significa que la actual generación de personas con poca cualificación ya está sentenciada.
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