El fin de los atascos: la promesa longshot de que los coches autónomos «hablen» entre sí
El coche autónomo está lleno de promesas que van a tener que contrastarse con la realidad. La Universidad de Cambridge ha elaborado un experimento para ejemplificar cómo podrían poner fin a los atascos, no sólo de manera teórica.
La simulación: Cambridge ha fletado mini coches autónomos que son capaces de interactuar con los demás a su alrededor con un objetivo común: optimizar el flujo de tráfico.
Un solución simple. El vídeo del experimento muestra el “modo cooperativo” de los vehículos autónomos: a medida que se aproximan al obstáculo reducen la velocidad. Algo tan sencillo como eso evita que otros vehículos sean bloqueados por el obstáculo y se formen filas.
Adiós al atasco. El resultado es que se mejora en un 35% el paso de vehículos, lo que en la práctica minimiza el riesgo de atasco.
El reto de la conducción coordinada está aún lejos de resolverse. Hay que hacer frente:
a los vehículos impredecibles y la conducción egocéntrica: aquellos que “no cooperan”, por ejemplo los que sigan conducidos por humanos.
a topografías más complicadas: en el experimento son dos carriles sin intersecciones. Aún está por resolver el reto de carreteras con más carriles y continuamente plagadas de intersecciones.
a otros obstáculos de difícil anticipación: circunstancias que afecten a los sensores de ruido, otras en las que las comunicaciones lleguen con retraso y dificulten la entrada de datos en el algoritmo colaborativo.
Una raspberri pi: los mini coches del experimento, que Cambridge pone a disposición de otros investigadores, se construyen en menos de 3 horas, con componentes baratos liderados por una raspberry pi.
Los resultados del experimento Cambridge pueden consultarse en su paper.