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Cuatro posibles futuros postCovid radicalmente distintos que rasgan la realidad tal y como la conocemos
Un reciente informe de Deloitte plantea cuatro escenarios potenciales sobre la economía y la sociedad después de la pandemia. El ejercicio de planificación de escenarios permite a los líderes (empresariales o no) haberse hecho las preguntas que se podrán dar en el futuro y entender las interdependencias existentes que hace que la empresa (u otra organización) funcione tanto internamente como externamente. Si bien la situación que ha de venir no será idéntica que la prevista en el «excel» el haber planificado diferentes estrategias hace que la empresa esté mejor preparada para conocer las consecuencias.
La tormenta pasajera: después de un comienzo lento, la pandemia está contenida a través de un sistema de atención médica y una respuesta política cada vez más efectiva. Existirían cambios reconocibles mirandolo en perspetiva pero nuestro mundo sería muy parecido al anterior al COVID. Este sería el escenario esperado por la mayoría de la población
Empresa benévola: los gobiernos luchan por controlar la pandemia. Las grandes empresas van por delante, acelerando la tendencia hacia un capitalismo más empático y social. Hay movimientos en esta dirección sobre todo en sociedades donde el estado del bienestar no es un concepto común.
Amanecer de oriente: los países occidentales como Estados Unidos luchan y sufren por controlar la pandemia mientras que China y otras naciones del este asiático salen indemnes de la situación. Como resultado, Beijing se apodera de la primacía geopolítica para dar paso a un nuevo orden mundial. China aprovecharía este potencial bache de EE.UU para adelantarle como centro de la economía mundial. Esta carrera se está luchando a nivel tecnológico, monetario, y de recursos.
Lobos solitarios: la pandemia dura más de lo que cualquiera espera, y en respuesta, los gobiernos se vuelven más aislacionistas y la vigilancia habilitada por la tecnología se vuelve más común. Podría significar el retroceso cultural, tecnológico, financiero consecuencia del ocaso de la era capitalista y de la revolución industrial (que muchos analistas pre-COVID dibujaban su mutación a una cuarta revolución). El resultado menos esperado donde el distanciamiento se vueve una forma de vida.
Lo único cierto es que vivimos en un pico de incertidumbre que la mayoría de nosotros no habíamos vivido. Son acontecimientos de esta magnitud los que definen el devenir de los siglos, los que hacen cambios profundos en la sociedad, en la geo-política y en los sistemas financieros.