Controla las compras impulso en tus grandes decisiones
Para mí, una compra impulso es aquella que realizas sin un análisis concienzudo anterior. Suele ser un producto que no necesitas, barato y que te entra por los ojos, en situaciones como, por ejemplo, la cola de un super o de la gasolinera.
Cuando somos niños, son todo compras impulso. Un niño no dice «Hay que comprar más papel de cocina, que es el último rollo».
Lo que no son compras impulso, serían compras lógicas ¿no? que responden a una necesidad, y con un análisis previo. Deberían ser las más comunes, sobre todo, cuando la inversión es grande.
Me explotó la cabeza cuando:
Un comercial de un concesionario me dijo «¿Estás ya caliente?» y me enteré que la compra de coche, la mayoría de veces, es una compra de impulso. Terminé en un renting que me caduca ahora.
También hay impulso negativo de compra: Compraba una casa en 2014, en medio de la crisis, con los precios de hipoteca y vivienda por los suelos, para vivir en ella y amigos, que considero muy inteligentes (algunos CFOs de empresas), me decían, «¿cómo vas a comprar ahora?».
Parece que muchas de las decisiones de calado siguen más el patrón de la compra impulso de lo que pensamos. Tú te puedes aprovechar de ello, aunque eso significa aguantarte el impulso de la compra en el 98% de las veces.
Marida este artículo con «Busca la asimetría en las decisiones».