Apple es la Coca Cola del sector Tech y Warren Buffett lo sabe
Mucho se ha discutido sobre la era de Tim Cook al frente de Apple, sus aciertos, sus errores y sus comparaciones con Steve Jobs. Pero algo está claro: su éxito global es también éxito inversor. Y el interés de Warren Buffett por la compañía la convierte en la Coca Cola del mundo tech.
Buffet no suele apostar por tecnología: Aunque es uno de los grandes inversores del mundo, Warren Buffet ha preferido que su cartera se diversificase en compañías financieras y de bienes de consumo; su presencia en tecnología siempre ha sido escasa. Sin embargo, en 2016 Buffet invirtió en Apple a través de Berkshire Hathaway y sólo ese 5,6% de Apple es ya el tercer negocio más grande del paquete de Berkshire Hathaway.
La chispa de la vida… y del equity: El margen operacional de Coca-Cola es de un 28,5%; el de Apple, de un 24,7%. Si en eso se parecen, aún lo hacen mucho más en sus return on equity, que sirven para calcular cuánto beneficio neto gana una compañía por cada dólar de equity invertido. Coca-Cola tiene un 44,8% en esa medida; Apple, un 55,5%.
La métrica favorita de Buffett: Warren Buffett siempre ha insistido en lo relevante que es esta métrica para él. Sirve para encontrar esos negocios “maravillosos” que aguantarán el paso del tiempo, una de las obsesiones de cada inversión hecha por el afamado inversor.
Características comunes: Apple y Coca-Cola comparten precios premium, márgenes amplios, capacidad para resistir en industrias cambiantes y miradas al mercado a largo plazo. Esto encaja con los siete principios inversores de Buffett.
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La importancia de una marca: tanto Coca-Cola como Apple han conseguido ser consistentes en la excelencia de su marca y en el mensaje que de ella han transmitido. Gracias a ellos han logrado ventaja competitiva respecto al precio: pueden vender más caro porque el consumidor está dispuesto a pagar más por su marca.
Una red de distribución amplia y eficiente: Ambas compañías tienen redes de distribución gigantescas, bien a través de embotelladoras en todo el mundo, bien mediante las grandes compañías de telecomunicaciones en las que Apple se apoya para vender las unidades de sus productos.